
El Parlamento Europeo y el Consejo de la Unión Europea está avanzando en la propuesta relativa a los requisitos de circularidad aplicables al diseño de los vehículos y a la gestión de los vehículos al final de su vida útil y por el que se modifican los Reglamentos (UE) 2018/858 y (UE) 2019/1020 y se derogan las Directivas 2000/53/CE y 2005/64/CE.
Este nuevo reglamento pretende mejorar la circularidad en el sector del automóvil para hacer un uso más eficiente de los recursos, así como facilitar la gestión de los vehículos una vez ha acabado su vida útil. Esta propuesta, que espera aprobarse en el primer semestre de 2026, repercute en todos los agentes de la cadena del vehículo, incluyendo a fabricantes, fragmentadoras y Centros Autorizados de Gestión de Vehículos (CATV), como es nuestro caso en Autodesguace Otoniel.
Se calcula que las nuevas medidas crearán nuevos puestos de trabajo para mejorar los procesos de gestión de residuos y reciclado, generando 1.800 millones de euros de ingresos netos hasta 2035. Además, contribuirá a la mejora de la calidad medioambiental, ya que se impedirá la exportación de vehículos no aptos para la circulación a terceros países, reduciendo así hasta 12,3 millones de toneladas de emisiones de CO2 al año a la atmósfera, ya que además se aprovecharán los recursos para recuperar materias primas utilizadas en la elaboración de vehículos.
Acciones para mejorar la resiliencia de la UE
La Unión Europea tiene como objetivo reducir su resiliencia en la cadena de suministro para depender menos de la importación de materias primas y aprovechar los recursos en un porcentaje de hasta un 95%.
Estas son algunas de las principales medidas que pretenden mejorar los procesos de diseño, recogida y reciclado de vehículos:
- Reutilización, reciclado y valorización del proceso de homologación: la normativa establece que los fabricantes deben elaborar vehículos que sean reciclables/reutilizables en un 85% y reutilizables/recuperables en un 95%.
- Aumento de los recursos reciclados: la industria del automóvil tiene una gran dependencia de la importación de materias primas (acero, aluminio o cobre), por lo que se pretende mejorar la gestión de los residuos para obtener materias primas fundamentales, especialmente con la transición a los vehículos eléctricos.
- Tratamiento de los residuos: el reglamento incluye nuevas obligaciones y objetivos de gestión, como un 30% de reciclado de plásticos, un 70% para el vidrio, eliminación de componentes electrónicos pequeños antes de fragmentarlos o la prohibición de unir chatarra con RAEE (residuos de aparatos eléctricos y electrónicos).
- Recogida de VFU (vehículos al final de su vida útil). La nueva propuesta quiere hacer más eficiente el proceso de recogida y notificación de vehículos, siendo necesario así mejorar en cuanto a digitalización y comunicación de registros de VFU. También establece que los vehículos usados que se exportan a la UE solo sea en caso de contar con un certificado de inspección técnica válido, para evitar así el uso de vehículos no aptos para circular en terceros países.
6 objetivos principales para lograr una economía circular
Resumiendo la nueva propuesta del Parlamento Europeo y el Consejo, se establecerían 6 ejes principales:
- Circularidad en el diseño. Los fabricantes tendrán que informar a los CATVs sobre la elaboración de los vehículos para facilitar el desmontaje y el reciclado. Deberán dar instrucciones sobre la utilización y ubicación de materias primas fundamentales, así como el porcentaje de contenido reciclado en vehículos nuevos.
- Uso de contenido reciclado. Se marca un objetivo de uso del 25% del plástico reciclado en nuevos vehículos para 2030, procediendo así un 25% de la gestión de VFU. Quedaría pendiente el objetivo para otros materiales como el acero, el aluminio o las materias primas fundamentales, teniendo en cuenta estudios de viabilidad sobre la capacidad de reciclar y el diseño de vehículos.
- Mejor tratamiento. Se espera promover un proceso de reciclado más eficiente, prohibiendo el vertido de residuos de la fragmentación y apoyando la reutilización y reacondicionamiento de piezas. La normativa pretende que los Estados miembro ofrezcan incentivos a talleres y talleres de reparación para promover la venta de recambios de vehículos.
- “Mejorar la gobernanza”. Para facilitar la labor de gestión, se estudian opciones de financiación e incentivos organizativos que mejoren la capacidad de recogida de VFU y la obtención de materiales reciclados de mayor calidad, fomentando la cooperación entre fabricantes y operadores de tratamiento de residuos.
- “Recopilar más e inteligente”. Como comentábamos, una de las prohibiciones será la de exportar vehículos antiguos y contaminantes que no puedan circular, además de la distinción entre vehículos viejos y VFU. También se prevé fomentar la transparencia para evitar la desaparición de vehículos mediante un seguimiento digital, certificados de destrucción y aumento de las inspecciones, así como multas en caso de infracción.
- Ampliación de categorías de vehículos. Se ampliará la aplicación de medidas a vehículos como motocicletas, camiones, autobuses y remolques de categorías L3e y L7e al final de su vida útil.
Con estas medidas se quiere impulsar un modelo de economía circular capaz de gestionar los recursos de manera más eficiente, planificando desde la fabricación de los vehículos hasta el tratamiento y gestión una vez han acabado su vida útil.
De esta manera la Unión Europea apuesta por la reducción de la huella de carbono y una economía más sostenible, que además dependa menos de las importaciones de materias primas de terceros países y que construya una industria automovilística más independiente y respetuosa con el medio ambiente.