Desde hace décadas, los desguaces son el lugar correcto donde deshacerse de un vehículo que ya no es útil. Su papel se ha vuelto mucho más importante con el paso de los años y su actividad ya no se reduce a la reutilización de algunos componentes y metales, sino que cumplen una función esencial en el mantenimiento del entorno. 

Cada vez existe mayor conciencia sobre la importancia de conservar el medioambiente y adoptar hábitos que no dejen una huella negativa en el planeta. Uno de los principales beneficios sociales de que existan los desguaces es que su actividad ayuda a reciclar vehículos que ya no son utilizados, evitando que queden abandonados y con el consecuente impacto negativo en el medioambiente. 

La responsabilidad medioambiental no sólo ha llegado a los desguaces, sino también a los fabricantes de automóviles que cada vez más tienen que pensar en la capacidad de reciclaje de las piezas y de los materiales que se utilizan en la producción y el montaje de los mismos, para que cuando lleguen al desguace pueda realizarse un reciclaje eficiente y cada vez mayor de las partes del vehículo. El Real Decreto 1383/2002 recoge las medidas para prevenir la generación de residuos procedentes de vehículos, regular su recogida y descontaminación al final de su vida útil y es aplicable tanto para los desguaces como para los fabricantes de automóviles. 

Los desguaces son empresas que cumplen con una función social clave en el cuidado del medioambiente. 

Por este motivo, los desguaces cuentan con las instalaciones adecuadas y espacios habilitados para llevar a cabo tareas de descontaminación, desmontaje, recuperación y reciclaje de coches, asegurando una correcta gestión de los residuos. 

Para poder cumplir con esta función y no ser un mero depósito de vehículos, hay varios aspectos muy importantes que debe cumplir un desguace, entre ellos, que la zona de recepción del vehículo se encuentre totalmente impermeabilizada y que la descontaminación no se retrase más allá de un mes desde la llegada a las instalaciones. 

¿En qué consiste la descontaminación de un vehículo?

La descontaminación de un vehículo consiste en extraer todos los líquidos y elementos que lo hacen peligroso o potencialmente contaminante como baterías, lubricantes o líquidos de frenos. Además de esto, también se eliminan otros componentes para ser reutilizados o simplemente para que no entorpezcan el proceso de reciclaje, como los vidrios y los neumáticos. Una vez hecho esto, los desguaces rescatan las piezas que pueden utilizarse en otro vehículo porque están en buen estado, siendo posteriormente catalogadas y almacenadas. 

Gracias a la desintoxicación del vehículo, el reciclaje de las piezas y también de los materiales, los desguaces ayudan a respetar el medioambiente y minimizan el impacto que la industria automovilística y nuestra necesidad de transporte generan en el planeta. 

Otro aspecto clave en el cuidado del medio ambiente, es la gestión que realizan los desguaces de baja de vehículos, ya que gracias a esta labor se evita que los coches queden abandonados en la vía pública suponiendo un riesgo que además puede acarrear multas para los propietarios que no respeten la normativa vigente.

Cuidado del medioambiente en Otoniel

En Otoniel cerramos el ciclo de vida de los vehículos, pues al final de su vida útil se consideran residuos peligrosos. En este sentido, solo los desguaces autorizados, CAT, podemos hacerlo. 

En Autodesguace Otoniel, conscientes del papel esencial que tiene nuestra actividad en el cuidado del medioambiente y con la vista fija en seguir contribuyendo al mantenimiento de nuestro medioambiente hemos instalado 72 placas solares para utilizar energía solar ejerciendo una actividad mucho más limpia y respetuosa. Además, contamos con un jardín vertical en la fachada, de alrededor de 70m2 que genera oxígeno, atrapa polvo, filtra gases nocivos y metales pesados.