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La caja de cambios es un elemento fundamental y los aspectos qué debes tener en cuenta de esta pieza son igual de esenciales que en otros elementos a los que hay que prestar atención. Todo para un funcionamiento y rendimiento óptimos del coche o cualquier otro vehículo.
En general, factores como la edad del vehículo o reparaciones que haya podido tener, entre otros, serán tomados en consideración para evaluar una pieza tan importante como la caja de cambios. Así, especialmente en épocas donde viajar en coche es más común, que esta pieza funcione de manera óptima es crucial.
Todo lo que necesitas saber de la caja de cambios de tu vehículo
No está definida la vida útil que pueda tener la caja de cambios, ya que puede durar tanto como el vehículo sin necesidad de saber cómo detectar una avería. De igual manera, no hay un tiempo establecido para lo que puede durar un vehículo, así que la mejor opción es conocer lo máximo posible de un elemento tan fundamental como es la caja de cambios.
Su función es la de transmitir la fuerza que necesitan las ruedas para mover el coche. Una vez que el motor adquiere velocidad, adaptamos los cambios a esa velocidad y fuerza necesaria para el vehículo. Adaptamos, si la caja de cambios es manual y se adapta automáticamente si, por el contrario, el coche tiene una caja de cambios automática.
Así que si esta transmisión se produce de forma errónea o no se produce, el correcto funcionamiento del coche va a ser una tarea complicada.
Tipos de caja de cambios
La adaptación de las marchas se produce en función de la fuerza y la velocidad del motor. Además, también adaptamos los diferentes cambios a las situaciones que se puedan dar en la conducción. Por ejemplo, arrancar en cuesta o en llano o subir pendientes una vez arrancado el vehículo, entre otras.
Teniendo esto en cuenta, el tipo de caja de cambios que tenga el vehículo va a influir en estas decisiones.
- Caja de cambios manual. Son las más habituales, ya que desde el origen de los coches, la fabricación ha incluido este tipo de cajas. Como su propio nombre indica, “manual”, es el conductor quien debe alterar los cambios mediante la palanca de cambios.
- Caja de cambios automática. Este tipo de caja de cambios está cada vez más extendido y muchos vehículos la llevan incorporada. Se caracterizan por tener un control electrónico para el embrague y la caja de cambios. El modelo más habitual es el de dos embragues.
- Caja de cambios automática con convertidor par. Este convertidor comunica la caja de cambios con la transmisión y contribuye al ahorro de combustible.
- Caja de cambios con variación continua. Más frecuente en ciclomotores.
Síntomas de averías en la caja de cambios
¿Cómo sé si está rota? Es una pregunta muy común e independientemente del tipo de caja de cambios de nuestro vehículo, es importante llevar un correcto mantenimiento de la misma.
Es una pieza cuya reparación o cambio suele ser costosa, por eso, acudir a un desguace para buscar la caja de cambios que nuestro vehículo necesita, puede disminuir el impacto económico de nuestro bolsillo.
Pero además, a parte del coste mayor o menor, una avería puede conllevar consecuencias fatales en la conducción. Al final, la seguridad vial conlleva un conjunto de factores en los que, el estado del vehículo, tiene cierta influencia.
Para eso, hay que prestar especial atención a los posibles síntomas que nos indiquen que algo no va bien. Algunos síntomas son:
Olor a aceite quemado
Ocurre cuando la transmisión se sobrecalienta y, esto, puede darse porque los niveles de aceite están bajos o el propio aceite no es el correcto. Como ya hemos comentado, para todas las ocasiones de conducción es importante un buen mantenimiento pero, antes de iniciar un viaje en coche, recuerda revisar los niveles de aceite (entre otras cosas) para evitar sustos durante la conducción.
El vehículo tiembla o chirría
Presta atención cuando vayas a cambiar de marcha por si esto ocurre. Estos síntomas pueden ser a causa de piezas rotas o falta de lubricación.
Se engancha el embrague
Si al pisar el embrague para iniciar el cambio de marcha, éste se queda enganchado, puede deberse a un fallo en los cables conectores o en los discos.
Rebote
Al accionar una marcha, ésta “rebota” y vuelve al punto muerto. Si esto te sucede, es síntoma de que tu vehículo necesita un arreglo o cambio de la caja de cambios.
Ruido en punto muerto
O al cambiar de marcha. Esto puede ser por un nivel bajo en el líquido de transmisión o por un fallo mecánico.
Accionar la marcha te resulta difícil
Suele darse en cajas de cambio manuales, en el momento de pisar el embrague. Puede ser por problemas en los cables de los cambios o en falta de líquido de transmisión.
Evita esto y alarga la vida de tu caja de cambios
Probablemente, a la hora de conducir, reproduces alguna de estas acciones o conoces a alguien que lo haga. Son gestos muy simples que se hacen sin ser conscientes de que puede perjudicar a nuestra caja de cambios.
- Cambiar la marcha muy rápido.
- Descuidar el mantenimiento.
- Poner marcha atrás con el coche en movimiento.
- Colocar la mano en la palanca de cambios.
Recuerda, las dos manos al volante y utiliza lo menos posible el embrague, así como evita cargar demasiado el vehículo y, por supuesto, lleva un mantenimiento del coche óptimo para evitar y prevenir síntomas y sus consecuentes averías.
Averías de la caja de cambios
Incluso teniendo cuidado y prestando atención a los síntomas, puede ocurrir y producirse una avería en la caja de cambios. Las más frecuentes en las cajas de cambios manuales son:
- Dificultades o problemas en el embrague (al desembragar)
- Fallo en los cojinetes
- Holgura de engranajes
- Problemas con el aceite
- Desgaste en los sincronizadores
- Avería en las juntas
- Bloqueo al intentar meter las marchas
Por su parte, las averías comunes que pueden darse en una caja de cambios automática son las siguientes:
- Aceleración pobre en todas las marchas
- Vibraciones a ralentí
- Imposibilidad de cambiar de marchas
- Testigo de avería en el motor
- Las marchas resbalan en el cambio
Finalmente, ante cualquier imprevisto, lo importante es acudir a especialistas que nos brinden ayuda y asesoramiento. Pese a cuidar el mantenimiento y estar pendiente de los síntomas, si se llegase al punto de avería, quedan dos opciones: reparar o sustituir.
Y como ya hemos mencionado, suele ser costoso. Por ello, la mejor opción es recurrir a piezas de desguace, ya que podremos acceder a calidad para nuestro vehículo sin hacer un agujero en el bolsillo. No dudes en ponerte en contacto con nosotros para cualquier duda. Ponemos a tu disposición nuestra experiencia y el amplio catálogo del que disponemos.