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Tipos de batería de coche eléctrico

La batería es uno de los componentes más importantes en un coche eléctrico, ya que es la principal fuente de energía del vehículo. Los tipos de batería de coche eléctrico están en constante evolución debido a los grandes avances en movilidad eléctrica, promoviendo modelos mejores en cuanto a duración, velocidad de carga y menor nivel de contaminación y toxicidad. 

La principal función de la batería de un coche eléctrico es almacenar la energía que después se utilizará para poner el coche en movimiento mediante el motor eléctrico. Su diferencia con los coches con motores de combustión es que éstos queman combustible, mientras que el coche eléctrico consume la energía almacenada en la batería. Esta pieza no solo actúa como motor, sino que también suministra electricidad a otros sistemas de climatización, como el aire acondicionado, o componentes de iluminación e infoentretenimiento. 

Te hablamos de los tipos de batería de coche eléctrico que existen, cómo funcionan y cuáles son las más utilizadas en la fabricación de vehículos eléctricos. 

Los tipos de baterías más comunes en vehículos eléctricos

Conforme la industria del automóvil ha ido innovando, las baterías se han ido adaptando a la normativa medioambiental y a las necesidades de los consumidores, ya que el principal atractivo de un modelo eléctrico reside en su autonomía y capacidad para cargarse rápidamente

Por estos motivos, hay algunas baterías que veremos que ya están en desuso, y otras que se utilizan más debido a su composición, capacidad de reciclarse, durabilidad, coste o rendimiento. 

Batería de plomo-ácido

Es una de las baterías que han quedado obsoletas hoy en día, ya que no tiene mucha capacidad energética y la potencia es más baja comparándolas con otros tipos. Están compuestas de plomo y ácido sulfúrico, y normalmente se utilizan en sistemas auxiliares, como la batería de 12V. Fueron de las primeras en utilizarse en vehículos eléctricos antiguos. 

Batería de níquel-cadmio (NiCd)

Están compuestas de hidróxido de níquel y cadmio, prohibidas en muchos países debido a su alta toxicidad para el medio ambiente. Además, son más pesadas y con una baja densidad energética en comparación con las baterías de iones de litio. 

Como te comentamos, aunque se utilizaron en algunos vehículos eléctricos antiguos, ya no se usan en el mundo de la automoción. 

Batería de níquel-metal hidruro (NiMH)

Su composición es de níquel e hidruro metálico, presentando una mayor densidad energética que las baterías de níquel-cadmio. Son más seguras y estables, pero tienen una menor eficiencia a la hora de cargarlas, por lo que se suelen utilizar en vehículos híbridos, no totalmente eléctricos. 

Siguen estando por debajo de las baterías de iones de litio en cuanto a capacidad energética, y además su vida útil es más corta, en torno a unos 5 a 8 años o de entre 500 a 1.000 ciclos de carga y descarga aproximadamente. 

Baterías de ion de litio (Li-ion)

Son las más utilizadas en la fabricación de vehículos eléctricos. 

Su gran ventaja es que cuentan con una alta densidad energética y carga rápida, además de tener un peso más bajo (permite almacenar más energía en un espacio más pequeño). El problema de estas baterías es su coste más elevado, siendo las más utilizadas actualmente en modelos como el Tesla Model 3, Nissan LEAF o Renault Zoe. 

En cuanto a su duración, se estima una vida útil de 8 a 10 años en función de su composición, o de 1.000 a 2.000 ciclos de carga y descarga aproximadamente, ya que se trabaja en ir mejorando la duración y eficiencia de estas baterías. 

Pueden estar compuestas con diferentes combinaciones de litio, como litio-cobalto, litio-ferrofosfato (LiFePO4), polímero de iones de litio o litio-níquel-manganeso-cobalto (NMC).

En el caso de las baterías LiFePO4 no cuentan con elementos tóxicos, siendo más seguras en caso de cortocircuito. Se estima una vida útil de 10 a 15 años o de 2.000 a 5.000 ciclos de carga y descarga. 

Baterías de sodio-ion (Na-ion)

Son parecidas a las de litio, pero utilizando sodio como elemento activo. Su principal atractivo es que son más compatibles con la sostenibilidad ambiental, ya que no es un elemento tóxico y además es un elemento más abundante en la Tierra, a diferencia del litio. Es por este motivo que se esperan costes más bajos y una mayor utilización de este tipo de baterías en el futuro. 

Batería sólida

La batería de estado sólido es parecida a la de litio, pero con electrolito sólido en lugar de líquido. Estas baterías proporcionan un menor riesgo de incendios y mayor autonomía, además de una carga rápida

No obstante, se trata de una tecnología en desarrollo y con un alto coste que hace que no esté ampliamente extendida en la producción automovilística (necesitan materiales raros para su fabricación), pero por las que algunas marcas ya están invirtiendo para dar el salto en el mercado de los vehículos eléctricos.

¿Cuál es la mejor batería para coche eléctrico?

Teniendo en cuenta las características que hemos visto, las más utilizadas por los fabricantes a día de hoy son las baterías de ión de litio, y sobre todo las NMC (litio-níquel-manganeso-cobalto) y las de celdas LFP o LiFePO4 (litio-ferrofosfato). 

Estas baterías cuentan con una mayor durabilidad, menor peso y mayor eficiencia energética. Las NMC las utilizan marcas como BMW o Volkswagen, y las LFP se usan en vehículos Tesla o BYD

Una parte importante del uso de baterías es su impacto en el medio ambiente, y de eso sabemos mucho en nuestro Centro Autorizado de Tratamiento de Vehículos (CATV), Autodesguace Otoniel. El reciclaje y la recuperación de piezas aptas para una segunda vida útil hace posible la sostenibilidad ambiental y el recambio verde, que fomenta una economía circular en la industria del automóvil

Si necesitas componentes eléctricos o batería de desguace original para tu coche eléctrico, no dudes en consultar nuestro catálogo de piezas, totalmente revisadas y con garantía de 1 año, asegurando su funcionamiento. 

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