Los airbags son uno de los elementos de seguridad más importantes en los vehículos modernos, que forman parte del sistema de seguridad pasiva del coche. Su función es proteger a los ocupantes en caso de que haya un accidente o impacto, reduciendo las lesiones que se podrían producir al golpearse con el volante, el salpicadero, los cristales o las puertas.
Los airbags han ido evolucionando y mejorando con el tiempo, dando lugar a diferentes tipos de airbag para proteger diferentes partes del cuerpo y ocupar varios puntos de impacto en un accidente. En este artículo te explicamos cuántos tipos de airbag existen, dónde se encuentran situados y para qué sirven.
La obligatoriedad de los airbag
Desde el año 2006 la normativa europea obliga a que todos los vehículos nuevos estén equipados con airbags frontales para garantizar la seguridad de las personas que viajan en el vehículo, tanto del conductor como del acompañante.
Es importante recordar que estos elementos no sustituyen al cinturón de seguridad, ya que ambos sistemas trabajan juntos para reducir el riesgo de lesiones graves o fatales en un accidente.
Tipos de airbag que hay en un coche
En un vehículo puedes encontrar todos estos tipos de airbags:
- Airbag frontal. Es el tipo de airbag más común y su función es proteger la cabeza, el cuello y el torso de los ocupantes en caso de una colisión frontal. Se sitúa en el volante para el caso del conductor y en el salpicadero para el copiloto. Es el airbag que es obligatorio en todos los vehículos nuevos en Europa desde el año 2006.
- Airbag lateral. Como su propio nombre indica, se encuentra en el lateral del vehículo, concretamente en los laterales de los asientos delanteros o en las puertas. Se encarga de proteger el torso y pelvis de los ocupantes en caso de una colisión lateral. Este tipo de impacto es muy peligroso porque las puertas son una de las partes menos protegidas de un coche.
- Airbag de cortina. Se ubica en el techo del vehículo, a lo largo de las ventanas laterales, motivo por el que también se le conoce como airbag de techo. El airbag de cortina se despliega hacia abajo para proteger la cabeza de los ocupantes en caso de un impacto lateral o un vuelco del coche. Es especialmente seguro para las lesiones graves en la cabeza o para evitar que los ocupantes salgan expulsados del vehículo. Lo bueno es que protege a ocupantes delanteros y traseros.
- Airbag de rodilla. Este airbag protege las rodillas y la parte inferior de las piernas, evitando lesiones por el impacto contra el volante, el salpicadero o los pedales. Se instala en la parte inferior del salpicadero, frente a las piernas del conductor, y en algunos modelos de coche, también frente al copiloto.
- Airbag central. Es un airbag relativamente nuevo y que está diseñado para que el conductor y el copiloto no choquen entre sí en una colisión lateral. Por ello, se ubica entre los asientos delanteros.
- Airbag trasero. Puede estar integrado en los cinturones de seguridad traseros o en el respaldo de los asientos delanteros, para proteger a las personas que ocupan los asientos traseros, especialmente en colisiones frontales o laterales.
- Airbag para peatones. Tal y como intuyes por su nombre, la función del airbag para peatones es para protegerlos en caso de atropello, amortiguando su impacto contra el vehículo y reduciendo el riesgo de lesiones graves en la cabeza o en el torso. Se instala en la parte exterior del vehículo, normalmente en el capó o en la base del parabrisas.
¿Qué pasa si un airbag no funciona?
Es muy importante que los airbags estén en buen estado y que el mantenimiento sea el adecuado. Si, por ejemplo, un coche ha sufrido un accidente y los airbag se han despegado, será necesario sustituirlos por otros que estén en perfectas condiciones.
Los airbag son sistemas complejos que dependen de sensores, cables y mecanismos de inflado. Si alguna de estas partes falla, puede que los airbags no se activen en el momento necesario o que no lo hagan correctamente.
Algunos de los problemas que podríamos tener son fallos en los sensores, problemas eléctricos o de cableado o desgaste por el paso del tiempo. Por eso es recomendable realizar revisiones periódicas a tu coche y, si se detecta algún problema, repararlo cuanto antes.
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